PARQUES



Ubicado en el milenario valle de Iñaquito, según los primeros cronistas españoles el parque formó parte de las tierras en las que el inca Huayna Cápac mandó a construir dos lagunas para su recreo, una para la caza de patos y garzas y otra de aves. Para el siglo XIX las lagunas artificiales se habían secado, y quedaban pequeños remanentes llamados totorales por las plantas que crecían a su alrededor.1 2
A inicios del siglo XX el terreno constituía parte de la «Hacienda La Carolina», propiedad de María Augusta Barba de Larrea, descendiente de los marqueses de Selva Alegre. El área estaba destinada a tierras de pastoreo de ganado, debido principalmente a las docenas de ciénegas y lagunillas que existían en el lugar, y que hacían imposible un uso agrícola extensivo.3 En 1939 la mayor parte de la hacienda fue donada al Municipio de Quito por la última propietaria, María Augusta Urrutia Barba, que la había heredado de su tía Carolina Barba Aguirre.4
Dentro del Plan Regulador de Quito, trazado en 1942 por el arquitecto uruguayo Jones Odriozola, La Carolina sería un centro deportivo abierto al público con canchas, hipódromo, estadio, piscina olímpica y grandes jardines que estarían coronados por la majestuosidad del volcán Pichincha. Lamentablemente, y por falta de presupuesto, el plan no se materializaría más allá de la construcción del hipódromo y algunas canchas deportivas.1
Con la inauguración del Centro Comercial Iñaquito en 1971, sumado a la previa existencia del Estadio Olímpico Atahualpa desde 1951, el sector comenzó a tomar un carácter eminentemente comercial y de entretenimiento, y las familias quiteñas que salían a dar una vuelta por la zona decidían quedarse en las parcelas aún desorganizadas de la antigua hacienda convertida en parque improvisado, para divertirse al aire libre.
Es entonces que se ve la necesidad de una planificación moderna apropiada para cubrir las demandas de la ciudadanía, y la Dirección de Planificación del Municipio emprende la construcción del parque en 1976, durante la alcaldía de Sixto Durán Ballén, en la que se incluyó además los predios del Hipódromo de Quito que funcionó hasta 1974.5 Un importante proceso de arborización de los terrenos inició durante la administración del alcalde Álvaro Pérez Intriago (1978-1982), y recibió un nuevo impulso en la alcaldía de Rodrigo Paz (1988-1992).6 7
A partir del año 2015, el Parque pasa por un proceso de regeneración que incluye remodelaciones y obras nuevas. Entre las obras nuevas está el Bulevar Rumipamba, Bulevar de las Flores, Bulevar de la Quebrada, zonas de juegos infantiles, zona canina; y las remodelaciones se han dado en la pista atlética, Cruz del Papa, Laguna, canchas deportivas, pista de patinaje.

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